Miguel Ángel Martínez. Tula de Allende.- Paz en el mundo, salud y el bienestar de las familias fueron las principales peticiones de los fieles católicos hacia el beato Juan Pablo II, durante su breve estancia de las reliquias del pontífice en la Diócesis de Tula; donde jerarcas religiosos coincidieron en que con esta visita se desbordaron las expectativas de afluencia de fieles que rebasaron los 10 mil asistentes. Así pues, el recorrido de las Reliquias del Papa al llegar a esta demarcación siguió la Carretera Tula – Tlahuelilpan hasta llegar a la desviación de la Colonia El Llano, donde avanzó por toda su avenida principal, para luego hacer una breve escala en el seminario mayor, y continuar su camino por la carretera Tula – Refinería, pasando por las colonias Tultengo, El cielito y San Lorenzo, antes de seguir su camino hacia el centro de la ciudad, en donde su destino final que fue la Catedral de San José.
Durante la trayectoria se pudieron observar a miles de fieles católicos en las calles aguardando pacientes el paso del vehículo que transportaba las reliquias del beato, con la única esperanza de poder tocar el féretro que las contenía, sin embargo muchos no pudieron pues el tránsito de la unidad fue muy rápido y la camioneta que las contenía sólo hizo una breve escala en el seminario mayor.
En tanto que al llegar al centro de la ciudad, en el primer cuadro se pudo observar una valla humana rodeando en 2 sentidos la catedral de San José, los que hacían fila esperando la oportunidad de ingresar al recinto sagrado y poder venerar por unos instantes frente al ahora Beato Juan Pablo.
Sobre los detalles de las reliquias dijo el párroco Miguel Ángel Rangel Ordoñez, encargado de la logística del evento que se trata de una imagen de cera del Papa recostado al interior de una urna de vidrio, en sus manos lleva una cruz relicario que contiene una cápsula de sangre en la parte del centro. “Que es una muestra de sangre del Papa, que cuando estaba enfermo se le tomaron para el análisis”.
Así mismo Rangel Ordoñez brindó un mensaje a los creyentes, en el sentido de renovar su fe en Dios, sobre todo dijo en este tiempo en que hay tanta violencia en el mundo, y los conminó a seguir por el buen camino. Sobre la visita de las reliquias señaló que coincidentemente y gracias a las autoridades del Vaticano se dio justamente en el año en que la diócesis de Tula cumple 50 años, lo que hizo que el festejo fuera mucho mayor.
Posterior al arribo de las reliquias se ofreció una misa, e inmediatamente después la estatua de cera y las pertenencias de Juan Pablo II, fueron trasladadas al municipio de Mixquiahuala y después a Ixmiquilpan.
Finalmente es oportuno mencionar que durante la trayectoria del comboy se apostaron nuevamente miles de fieles a despedir las Reliquias.
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